A pesar de tener su origen en el continente americano, es indudable que el tomate es un alimento imprescindible en la dieta mediterránea. Se trata de una fruta, pues alberga semillas en su interior, a pesar de que por su forma de consumo en ensaladas también se ha considerado una hortaliza. Para saber más sobre esta distinción y conocer el curioso caso de su repercusión legal en el EEUU del s. XIX, seguid este enlace.
Si bien durante años se favoreció la producción y comercialización de tomates híbridos, de mayor resistencia y ciclo de recolección amplio, hoy en día disfrutamos de una cultura de recuperación de variedades autóctonas que nos devuelven lo mejor de la tierra, al tratarse de frutos adaptados durante siglos a las cualidades del suelo.
Agosto nos trae un regalo para los sentidos: el tomate rosa. Copima comercializa este producto cultivado en la huerta de Estadilla, una de las localidades insignes del Somontano en cuanto a producción agrícola. Los agricultores locales han puesto sus esfuerzos en un proceso de mejora de la variedad a través de la selección de ejemplares para la recolección se semillas temporada tras temporada. El formato de venta se presenta en cajas de 6 kg y las cualidades organolépticas que a continuación pasamos a describir se encuentran en su momento óptimo durante este mes.
El análisis se centra en dos tipos de parámetros, según Informaciones Técnicas del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Por un lado los parámetros externos: aspecto (tamaño, forma y color), ausencia de defectos; y por otro los parámetros internos: olor, aroma (olfacción retronasal), textura (jugosidad, carnosidad, harinosidad, consistencia) y sabor (gusto y equilibrio). Esta variedad se caracteriza, como su nombre indica, por su color rosado, piel fina, carne jugosa y sabrosa. Los ejemplares de tomate rosa suelen tener hombros marcados, un número superior de lóculos en comparación con otras variedades de tomate, forma achatada y sección transversal redondeada.
La media de producción suele ser inferior a otras variedades comerciales, pero la calidad de los resultados obtenidos en contraste bastante superior. Para garantizarla, es importante ser paciente y esperar al mes de agosto, cuando el fruto se encuentra en su punto de sazón óptimo. Tardanos, sí, pero ya sabemos que a menudo, lo bueno se hace esperar.